Revolución número 8:
Cruzar a Perú?.. que rico…
Siempre encuentro motivos para no parar ni un minuto pero tentada de tomarme un pisco y con la buena excusa de seguir con mi recorrido gastronómico, visite nuevamente el East Village. Este es un restaurante Peruano situado en una esquina de uno de mis barrios favoritos.
La combinación: pisco sour y unos picarones.
Para los que no conocen tanto los postres típicos peruanos les cuento que los picarones son una especie de donut con miel casera. La masa evidentemente era del día. Se notaba recién horneada ya que estaba realmente sabrosa, calentita y en su punto justo de cocción. Muy crocantes por fuera y un poquito más húmedos por dentro.
Los que me conocen saben que soy fanática de los productos caseros y frescos. Es tal mi locura que cuando brindo servicios de catering doy mis últimos toques durante la madrugada. “Que obsesión” piensan muchos, pero no puedo modificarlo. Sé que a veces no es necesario pero otras veces es la clave para que el producto final este impecable.
El pisco sour estaba en su dulzor justo, a un precio más que razonable por ser NYC. Igual un poquito peligroso tomarlo si después vuelven a trabajar porque te deja demasiado alegre !!!
Lo mejor del restaurante es su excelente atención. Una de las cosas que herede de mi madre es su exagerada simpatía con las personas que ni si quiera vio nunca en su vida. Es la típica persona que siempre se pone hablar con el vecino, con el doorman y les cuenta sus historias:...“Mi hija tal cosa …”
Pero bueno, este cuento viene porque termine como chancha (un término utilizado en Argentina para decir amiga) con Richard, la persona que me atendió.
Richard es de origen mexicano pero hablaba con mucha pasión de todos los platos Peruanos y se esmero muchísimo para que me marchara contenta a casa.
Espero que el dueño cuando lea este post se lo recompense!
Precio por persona aprox. incluyendo plato, postre y trago $30 aprox. También existe un menú fijo muy económico por aprox. $10. Es un lugar ideal para comer comida peruana por el East Village y a la vez cuidar el bolsillo.
Revolution number 8:
Crossing to Peru? .. que rico ...
I always find reasons not to stop for a minute but, tempted to have a pisco and the excuse to continue with my gastronomic journey, I went back to the East Village. This is a Peruvian restaurant located in a corner of one of my favorite neighborhoods.
The place:Mancora.
The magic combination: pisco sour and picarones.
For those unfamiliar with both, the Peruvian dessert picarones are a kind of donut with a homemade honey. Obviously made fresh that same day, it was fried just minutes before. They were really tasty and warm and just rightly cooked; crispy on the outside and a little more humid inside.
Those who know me well, are aware of my fanatism for fresh and homemade products. Such is my obsesion that when I offer catering services, I give my final touches overnight. Many think that’s crazy, but I can’t change it. I know sometimes it is not necessary, but to me, it is the key to the flawless final product.
The pisco sour sweetness was perfect, and at a more than reasonable price for NYC. Only problem: it is a little dangerous to take it if you are going back to work; you will feel a nice sensation of joy and irresistible need for laughter.
The best of the restaurant was the attention. One of the things that I inherit from my mother is her exaggerated sympathy with people who we have never even seen before. The typical person who always gets to talk to the neighbor ordoorman and tells stories such as : "My daughter this and that..."
Anyway, this is related to the fact that in the end I became friends with Richard, the waiter for the day.
Richard is of Mexican descent but he spoke with great passion about all Peruvian dishes and went the extra mile so I could go home happy.
I hope that should the owner reads this post, he will reward him!
Approx price per person including main course, dessert and drink $ 30. There is also a very affordable prix fox menu for about $ 10. In summary, Macorena is a place to eat original Peruvian food in the East Village, while taking care of our wallets.